Pongámonos en situación: cena entre amigos en un buen restaurante, y toca elegir el vino. Si hay sumiller dejemos que sea él quien nos recomiende el vino ideal a los platos elegidos, ojalá sea uno de nuestros Ferratus. Pero si no siempre hay alguien que sabe cuál elegir o eso parece, y el resto del grupo nos dejamos llevar.
Y llega la botella y hay que catar el vino y dar el visto bueno: “¿Estará bien en nariz?” “¿La temperatura será la correcta?”… Las miradas recaen normalmente en la persona que ha elegido el vino y que emite su veredicto. Y algún día, tal vez, te apetezca ser tú quien coja la copa, cate el vino, y diga: “está bueno”. Para que eso llegue, toma nota de algunos sencillos consejos que puedes practicar hasta sentirte seguro.
- Es recomendable antes de catar no haber fumado ni llevar perfumes fuertes, ya que distorsionan los sentidos del olfato y el gusto.
- Sirve la cantidad justa para poder mover el vino en la copa con movimientos circulares sin riesgo a derramarlo. Un secretillo: practica en casa con agua…
- La forma correcta de coger la copa es por la base o pie, entre los dedos índice y pulgar, o por el tallo. Nunca se coge por el balón o cáliz, ya que además de calentar el vino, se ensucia la copa.
- Inclina ligeramente la copa, y ponla entre la luz y un fondo blanco (el mantel, por ejemplo). Podrás apreciar la opacidad (o capa) y la limpieza, además del color del vino, que dice mucho sobre él: por ejemplo, en los tintos su color nos da pistas sobre si es joven o con crianza.
- Tras la vista, huele el vino, primero en reposo, a copa quieta, y después tras realizar suaves movimientos circulares: surgirán aromas que te proporcionarán nueva información sobre lo que tienes entre manos.
- Al dejar de mover, gotas o lágrimas de glicerina se deslizarán por las paredes de la copa. Nueva pista: a mayor lágrima y cuanto más lenta sea su caída, más cuerpo tendrá el vino que vas a beber.
- Y finalmente lleva la copa a los labios y da un sorbo corto de vino, dejándolo unos segundos que envuelva la boca antes de tragar para apreciar su largura y su sabor.
La práctica hará que tardes menos de un minuto en ser tú el que aportes tu opinión a tus amigos y ello sin olvidarse de lo más importante: el vino es para disfrutarlo. ¡¡Salud!!
Imagen de Fast Forward Event Productions publicada en Flickr con licencia Creative Commons.